Secuencia n. 5 EXPLORANDO EL MUNDO DE LA ORALIDAD

EXPLORANDO EL MUNDO DE LA ORALIDAD

Equipo de trabajo
Diadith Otálora González
Diana Patricia Estrada
Yira Milena Parra
Luz Bertha Pardo
Alcira Murillo Sierra
Nelsy  Constanza Monroy  Zafra.
Laura Lucia Cardona Soler.

INTRODUCCIÓN

La secuencia propuesta se destina al primer ciclo,  de transición  a segundo  grado de básica primaria. Se centra  en el factor Producción textual, en particular en el enunciado identificador: “Produzco textos orales que responden a distintos propósitos  comunicativos”, y en los subprocesos:

Ø  Utilizo, de acuerdo con el contexto, un vocabulario adecuado para expresar mis ideas.
Ø  Expreso en forma clara mis ideas y sentimientos, según lo amerite la situación comunicativa.
Ø  Expongo y defiendo mis ideas en función de la situación comunicativa.


El objetivo de aprendizaje lo formulamos de la siguiente manera: Identifica y aprehende el manejo de las reglas de oralidad en el primer ciclo de la escuela multigrado, en el marco de una situación comunicativa formal como lo es la mesa redonda. Adicionalmente, con la consecución de la secuencia el estudiante irá potenciando las habilidades comunicativas necesarias que le permitan desenvolverse de manera exitosa, en su entorno, respetando las reglas que rigen la oralidad.

PROBLEMÁTICA Y REFERENTES TEORICOS

Durante el desarrollo de las diversas actividades con los estudiantes en el primer ciclo, podemos percibir que la gran mayoría presentan falencias en sus habilidades comunicativas, lo que hace que sean poco efectivos en el momento de expresar sus inquietudes e ideas, debido a la falta de práctica de normas y pautas de oralidad. Se busca con esta secuencia didáctica que los docentes fortalezcan las habilidades comunicativas en los estudiantes para que éstos se desenvuelvan con mayor facilidad en un ámbito familiar, social y a futuro, laboral.

Por ello, estamos de acuerdo con Pérez cuando expresa que la escuela debe procurar los elementos que permita al niño: ““Prepararse para intervenir, y hacerlo de manera autónoma, individual, controlada, en diversos tipos de prácticas formales del habla que involucren el lenguaje oral: narración, descripción, argumentación, explicación”. (Pérez, 2008, 31).

En el mismo sentido, los planteamientos de Castañeda( 2013), nos sirven de base para la construcción de la propuesta, cuando afirma que : “La escuela tradicionalmente ha centrado su interés por enseñar al niño a “leer y escribir”, y se asume que enseñar a “hablar” no es una tarea de la escuela ya que se entiende como una acción natural, y por tanto no requiere trabajo por parte de los estudiantes y menos aún por los docentes. Sin embargo las investigaciones más recientes sobre oralidad (Gutiérrez, 2012; Núñez, 2011), evidencian esta carencia y su importancia no solo para alcanzar los objetivos académicos, sino que resulta un elemento vital para alcanzar con éxito la vida social a la que nos enfrentamos todos los días como miembros de una comunidad”. (Castañeda, 2013, 15).

En este marco de ideas la definición de la oralidad se hace imprescindible. Asumimos la presentada por Jaimes (2008), citado por Castañeda (2013), asi: “como lo plantea Jaimes (2008) entendemos la oralidad como “la modalidad de realización del lenguaje humano, que involucra los procesos discursivos de hablar y escuchar” en donde el niño inicia su experimentación con las actividades vitales con su entorno inmediato e inicia la construcción del sistema de interpretación y producción de significados que le permiten interactuar con su entorno y satisfacer sus necesidades comunicativas en donde configura los modos de percibir, de pensar y, por supuesto de expresar el mundo a través de diferentes estrategias discursivas como la narración, el diálogo, la explicación y la argumentación , entre otras”. (Castañeda, 2013, 15).

Toda vez que la oralidad apunta a la complejidad señalada en el párrafo anterior, su desarrollo y educación no es espontanea, por el contrario, su estudio debe guiarse en la escuela: “Si bien, la oralidad es natural, consustancial al ser humano y constitutivo de la persona como miembro a una especie, Castellá y Vilá (2002) han planteado que el cometido de una didáctica de la oralidad es el de desarrollar en los estudiantes una competencia oral formal, entendida como la superación de formas de producción oral “espontáneas, cotidianas e inmediatas” y llegar a “formas más controladas, formales y mediatas”. Se trata de una intervención dirigida al trabajo consciente de los estudiantes sobre el propio comportamiento lingüístico, que no lleva consigo el destierro de los usos orales espontáneos en el aula, pero sí la identificación de los usos más formales del continuo de la oralidad con los objetivos de aprendizaje de la lengua oral en el contexto escolar”. (Castañeda, 2013,15).

Así es como la presente propuesta acepta el reto de convertir la oralidad en el sentimiento que atraviesa al ser humano por naturaleza: “Liberemos, liberemos la oralidad, siempre quedará algo de todo esto. Porque la oralidad es la voz, el cuerpo, la respiración, los pulmones que se expanden, el grito primigenio... Es también -el pensamiento que se busca, se palpa- y se forma enfrentándose a lo que es diferente de sí mismo. (Kerlock, 1984, 25-26).


DESARROLLO DE LA CLASE POR SESIONES:

Sesión 1:
Con  los estudiantes  de transición, primero y segundo se iniciará la etapa de la exploración a través  de la siguiente preguntas que permitirán indagar sobre las normas de oralidad que conocen y manejan: ¿Sería posible comprendernos si todos habláramos al tiempo en una conversación, aquí en la escuela? ¿Cuáles son los signos que usamos para tomar la voz aquí en clase) ¿Qué otras normas deben tener en cuenta en el momento de participar en una conversación?

Para poner en práctica las normas de oralidad concretadas con los estudiantes, se hará la lectura de  la fábula “El grillo y la zorra” guía 16 A páginas 56 y 57 cartilla 2 del grado 2°. El docente indagará la comprensión  lectora a través de un conversatorio (para observar qué normas orales manejan los niños: en la toma de turnos, el respeto por el punto del otro, la réplica en la conversación) teniendo en cuenta las siguientes preguntas:

¿Les gustó la fábula? ¿Por qué?
¿Qué le pondrían o que le quitarían a la fábula? ¿Por qué?
¿Podría esa misma fábula tener otro comienzo? ¿Cómo cuál?
¿Podría esa misma fábula tener otro final? ¿Cómo cuál?
¿Estuvo el grillo el día de la batalla? ¿Cómo pueden saberlo?
¿Se pusieron de acuerdo los amigos de la zorra para realizar el evento de la batalla?
¿Cómo se pusieron de acuerdo los amigos del grillo?
¿Por qué los amigos del grillo ganaron la batalla, a pesar de ser más pequeños?

Se tendrá  en cuenta la participación de los estudiantes en el conversatorio, con el fin de identificar las pautas que manejan al hablar en grupo. Es importante resaltar que el nivel de complejidad de las intervenciones de los estudiantes varía de acuerdo al grado en que se encuentre y según el estilo de aprendizaje.

En la etapa de la ejecución  un estudiante de  grado segundo  realizará la lectura  del cuento “El pastor y el lobo” dirigida a los demás compañeros con el fin de que éstos manifiesten  los conocimientos que poseen sobre la mesa redonda, guía 16 B, página 59 y 60, cartilla 2 del grado 2°; donde   se observará  de qué forma los estudiantes participan dentro  de ésta  técnica,  a través de  las siguientes preguntas:
¿Cuál les gustó más, el cuento El pastor y el lobo o la fábula El grillo y la zorra? ¿Por qué? ¿Qué tienen de parecido? ¿Qué tienen de distinto?

Para evaluar la sesión 1 se le pedirá a los estudiantes que realicen una representación de cómo sería la relación entre los personajes si hubiese una buena comunicación.

Sesión 2:  
Se inicia la clase dándole a conocer al niño las reglas orales de la comunicación (respetar los turnos, pedir la palabra, escuchar, preguntar, responder preguntas, explicar sus puntos de vista, defender una opinión), así como la regulación de las mismas. Ese sistema de reglas es una prioridad de la pedagogía de la expresión y del lenguaje, y debe construirse paulatinamente en las aulas, igualmente debe velarse por su mantenimiento y consolidación” (Pérez, 2008).estas normas se van a evidenciar realizando la siguiente pregunta: ¿Qué opinan de la lectura de la clase anterior  “El pastor y el lobo”?

Luego en conjunto de grados resolverán el taller de la guía 20 A, grado 2° cartilla tercera, páginas 16  y 17 donde el docente grabará a los niños durante el desarrollo del taller y  el relator será un niño de segundo grado. Al finalizar la sesión el docente fortalecerá con preguntas a cada uno de los grupos sobre la mesa redonda, con el fin de permitir la reflexión.

La evaluación se evidenciará en el escrito del taller que hicieron por grupos.

Sesión 3:

Utilizando el video obtenido  en la clase anterior se analizarán las conversaciones de los estudiantes, para identificar  la aplicabilidad de las normas de expresión oral, su importancia, los argumentos, espacios en que se habla y la conceptualización de la mesa redonda. Logrando  que se reflexione y  además se evalúe el proceso teniendo en cuenta el grado en que se encuentra cada  estudiante.

Para evidenciar el objetivo de esta secuencia didáctica se propondrá el juego “Mi juguete favorito”, en el cual en una mesa redonda cada uno de los estudiantes deberá exponer al grupo cuál es  su juguete favorito justificando el ¿por qué?

CIERRE

Es así como con el seguimiento de esta secuencia de tres sesiones se espera que la docente encargada pueda trabajar con los tres cursos seleccionados, a tiempo que los niños son expuestos a diferentes situaciones de aprendizaje que le permiten hacer del estudio de la oralidad un ejercicio académico, lúdico y, sobre todo, significativo para los intereses propios de su edad.

BIBLIOGRAFIA

Pérez, M. (2.008). Conversar y Argumentar en la Educación Inicial. Condiciones de la Vida Social y Ciudadana. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana.

Castañeda, M. (2013). Artículo El poder de hablar y ser escuchado en la escuela. Revista “Chasquis”

Kerlock, 1984, 25-26


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